Son ocho los “peludos” que acompañan diariamente las labores en el patio taller, y que corren felices, de un lado a otro, por las 35 hectáreas que comprenden el área
Diomedes, Negrito, Toni, Blanquita, Sacha, también conocida como Manchitas, Mía, a la que cariñosamente llaman Negrita, Asustadizo, que tiene su pelaje alborotado, y Mona, que siempre está dispuesta a jugar, son los nombres de los perros que habitan el patio taller de la Primera Línea del Metro de Bogotá, y que se convirtieron en los más consentidos y cuidados de este lugar en Bosa, localidad al suroccidente de la ciudad, donde se albergarán y hará mantenimiento a los trenes.
Son ocho los “peludos” que acompañan diariamente las labores en el patio taller, y que corren felices, de un lado a otro, por las 35 hectáreas que comprenden el área, lo que miden 50 canchas reglamentarias de fútbol. Y es que este ya es su hogar, y lo protegen como tal. También cuidan y muestran su cariño a quienes trabajan en él, buscando a cambio solo un poco de cariño y comida.
“Cuando nosotros llegamos acá se habían llevado los perros más jóvenes”, comenta un vocero trabajador del patio taller, quien agrega que “a los perritos más viejitos sí los dejaron acá, por eso nos nació el amor de cuidarlos”.
“Creo que esta es una manera de remediar el daño que les hacemos a los animales”, apunta otro de los trabajadores, que no solo se encargan de los ocho perros del patio taller, sino que colaboran en conjunto con el cuidado y mantenimiento de los 17 cachorros que nacieron en el sitio y que son protegidos temporalmente por la Empresa Metro de Bogotá y el concesionario Metro Línea 1, y quienes, gracias a la Fundación Dame Vida ya han sido adoptados 5 de ellos.
Además, gracias a la unión y apoyo de los trabajadores del patio taller se consolidó entre ellos un grupo para la búsqueda de donaciones con el objetivo de que las perritas y sus cachorros sean trasladados a una fundación en donde los cuiden, alimenten y esterilicen a sus madres, y así mismo, que coordine una adopción responsable para los cachorros.
Entre tanto, y para evitar más camadas, en conjunto con el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), se llevó a cabo una jornada de esterilización para aquellos perros que faltaban. Varios de los trabajadores estuvieron allí, tan fielmente como estos cuadrúpedos, para cuidar a los “peludos”, o, mejor, a las “peluditas”, en su recuperación tras la cirugía.
El patio taller de la Primera Línea del Metro de Bogotá será el corazón operativo del sistema, y hoy, en este Día Mundial del Perro, queremos conmemorar a estos compañeros de cuatro patas que representan toda la solidaridad, el amor y dedicación en el lugar.